Según su pareja, Jim Hutton, a Mercury le diagnosticaron sida después de la Pascua de 1987. En aquella época, Mercury dijo en una entrevista que no padecía esta enfermedad. Pese a estas negaciones, la prensa británica alimentó rumores sobre esta posible enfermedad debido a la apariencia de Mercury y a que Queen ya no realizaba giras ni conciertos. Hacia el final de su vida, muchos periodistas le tomaron fotografías, mientras que The Sun sugería que estaba realmente muy enfermo.
El 22 de noviembre de 1991, Mercury llamó al mánager de Queen, Jim Beach, para discutir un asunto público. Al día siguiente, se realizó el siguiente anuncio en nombre del cantante
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